Uno de los hábitos más comunes y polémicos que muchas personas tienen es tronarse los dedos. A menudo se escucha que hacerlo provoca artritis, daño en las articulaciones o incluso deformaciones. Pero, ¿qué dice la ciencia al respecto? Vamos a desmontar algunos de los mitos más comunes y explorar qué efectos reales tiene este hábito.

El mito más extendido: ¿provoca artritis?

Seguramente has escuchado a alguien decir que tronarse los dedos conduce a la artritis. Sin embargo, la evidencia científica sugiere lo contrario. Un estudio llevado a cabo por Deweber et al. investigó si había una relación entre el hábito de tronarse los dedos y la osteoartritis en las articulaciones de la mano. Los resultados fueron claros: no encontraron ninguna correlación significativa entre la frecuencia o duración de este hábito y el desarrollo de osteoartritis.

De manera similar, un estudio realizado por Swezey en una población geriátrica tampoco encontró ninguna relación entre tronarse los dedos y los cambios degenerativos en las articulaciones de los dedos.

En resumen: tronarse los dedos no provoca artritis ni otros problemas de salud en las articulaciones, según la investigación disponible.

¿Qué sucede cuando te truenas los dedos?

El sonido de tronarse los dedos proviene de la formación de burbujas de gas en el líquido sinovial que rodea las articulaciones. Este líquido ayuda a lubricar las articulaciones, y cuando estiras o comprimes el espacio entre los huesos, se forma una burbuja que colapsa rápidamente, produciendo el característico «crack». Este mecanismo ha sido ampliamente estudiado, y Rizvi et al. concluyeron que la formación de estas burbujas es una explicación válida para el sonido, pero no hay evidencia que vincule este fenómeno con problemas articulares graves.

¿Hay algún beneficio o daño?

De acuerdo con un estudio prospectivo realizado por Boutin et al., se observó que las personas que se truenan los dedos pueden experimentar un ligero aumento temporal en el rango de movimiento justo después de tronarse las articulaciones. No obstante, este efecto es transitorio y no parece tener un impacto negativo o positivo a largo plazo en la función articular.

El estudio también mostró que no hay diferencias significativas entre quienes se truenan los dedos habitualmente y quienes no, en términos de fuerza de agarre, hinchazón o laxitud articular. Así que, si te gusta tronarte los dedos, no parece que esto tenga un impacto negativo en la función de tus manos.

¿Alguna posible consecuencia?

Aunque la mayoría de los estudios no encuentran consecuencias graves en el hábito de tronarse los dedos, hay casos aislados. Un ejemplo descrito por Peterson et al. sugiere que podría estar relacionado con el desarrollo de «almohadillas articulares» en los nudillos (knuckle pads), aunque esta conexión no está ampliamente respaldada en la literatura médica. De todas formas, parece ser una excepción más que una regla general.

Conclusión

Tronarse los dedos no es perjudicial para las articulaciones, ni provoca artritis ni problemas degenerativos, según la evidencia científica actual. De hecho, puede haber un ligero beneficio temporal en el rango de movimiento, pero nada significativo a largo plazo. Así que, si disfrutas de hacerlo, puedes seguir tronándote los dedos sin preocuparte de dañar tus manos. Sin embargo, como siempre, si experimentas dolor o molestia persistente en las manos, es recomendable consultar a un especialista.

Si estás interesado en el cuidado de tus manos o necesitas más información sobre procedimientos quirúrgicos relacionados con la salud de las manos, no dudes en contactar a un especialista en cirugía de mano para una evaluación detallada y recomendaciones personalizadas.

1. «Knuckle Cracking»: Can Blinded Observers Detect Changes With Physical Examination and Sonography?. Boutin RD, Netto AP, Nakamura D, et al Clinical Orthopaedics and Related Research. 2017;475(4):1265-1271. doi:10.1007/s11999-016-5215-3.

2. Let’s Get a Hand on This: Review of the Clinical Anatomy of «Knuckle Cracking». Rizvi A, Loukas M, Oskouian RJ, Tubbs RS Clinical Anatomy (New York, N.Y.). 2018;31(6):942-945. doi:10.1002/ca.23243.

3. Knuckle Cracking and Hand Osteoarthritis. Deweber K, Olszewski M, Ortolano R. Journal of the American Board of Family Medicine : JABFM. 2011 Mar-Apr;24(2):169-74. doi:10.3122/jabfm.2011.02.100156.

4. The Consequences of Habitual Knuckle Cracking. Swezey RL, Swezey SE. The Western Journal of Medicine. 1975;122(5):377-9.

5. Knuckle Pads: Does Knuckle Cracking Play an Etiologic Role?. Peterson CM, Barnes CJ, Davis LS. Pediatric Dermatology. 2000 Nov-Dec;17(6):450-2. doi:10.1046/j.1525-1470.2000.01819.x.

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